Examen de tiroides: qué es, cómo se hace y qué resultados se pueden esperar

La tiroides es una glándula que se encuentra en la parte anterior del cuello y que produce hormonas que regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo del cuerpo. El examen de tiroides es un conjunto de pruebas que sirven para evaluar la función de esta glándula y detectar posibles alteraciones que requieran tratamiento.

Existen diferentes tipos de pruebas para medir la actividad tiroidea, según el objetivo que se persiga. Estas son las más comunes:

  • Análisis de sangre: consiste en extraer una muestra de sangre y medir los niveles de las hormonas tiroideas (T3 y T4) y de la hormona estimulante del tiroides (TSH), que es la que controla la producción de las anteriores. También se pueden medir los anticuerpos contra la tiroides, que indican la presencia de una enfermedad autoinmune.
  • Pruebas de imagen: consisten en obtener imágenes de la glándula tiroides mediante técnicas como el ultrasonido, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Estas pruebas permiten observar el tamaño, la forma, la posición y la estructura de la tiroides, así como detectar posibles nódulos o tumores.
  • Pruebas de medicina nuclear: consisten en administrar una pequeña cantidad de un material radiactivo (yodo o tecnecio) por vía oral o intravenosa, y luego usar una cámara especial para captar las imágenes de la tiroides. Estas pruebas permiten evaluar el funcionamiento de la glándula, es decir, cómo capta y utiliza el material radiactivo.

En este artículo te explicaremos cómo se realiza el examen de tiroides, qué preparación se requiere, qué indicaciones se deben seguir y qué resultados se pueden esperar.

Cómo hacen el examen de la tiroides

El procedimiento del examen de tiroides varía según el tipo de prueba que se realice. A continuación te describimos cada una con más detalle:

  • Análisis de sangre: esta prueba es muy sencilla y rápida. Solo requiere que el paciente se someta a una extracción de sangre, generalmente en el brazo, con una aguja estéril. La muestra se envía a un laboratorio para su análisis. No tiene riesgos ni complicaciones, salvo un leve dolor o hematoma en el sitio de la punción. Tiene la ventaja de ser una prueba barata, accesible y fiable.
  • Pruebas de imagen: estas pruebas son más complejas y duran más tiempo. Requieren que el paciente se acueste en una camilla y se le coloque un transductor (en el caso del ultrasonido) o un anillo (en el caso de la TC o la RM) sobre el cuello. El transductor o el anillo emiten ondas sonoras o electromagnéticas que rebotan en los tejidos y generan imágenes en una pantalla. El paciente debe permanecer quieto y seguir las instrucciones del técnico. Estas pruebas no son dolorosas ni invasivas, pero pueden causar molestias o claustrofobia en algunas personas. Tienen la ventaja de ser muy precisas y detalladas.
  • Pruebas de medicina nuclear: estas pruebas son las más sofisticadas y duran más tiempo. Requieren que el paciente ingiera o reciba por vía intravenosa una dosis pequeña de un material radiactivo, que se acumula en la tiroides. Luego, el paciente debe esperar unas horas (entre 4 y 24, según el material usado) para que el material se distribuya por el cuerpo. Después, se le coloca una cámara especial sobre el cuello, que capta las imágenes de la glándula. El paciente debe permanecer quieto y seguir las instrucciones del técnico. Estas pruebas no son dolorosas ni invasivas, pero implican una exposición a radiación, aunque mínima y segura. Tienen la ventaja de ser muy sensibles y específicas.

Tipos de pruebas de tiroides

Existen diferentes tipos de pruebas para evaluar la función tiroidea, según el objetivo que se persiga y la información que se quiera obtener. Estas son las más comunes:

  • Análisis de sangre: consiste en extraer una muestra de sangre del brazo y medir los niveles de las hormonas tiroideas (T3, T4) y de la hormona estimulante del tiroides (TSH), que es la que controla la producción de las anteriores. También se pueden medir los anticuerpos contra la tiroides, que indican la presencia de una enfermedad autoinmune. El análisis de sangre es una prueba sencilla, rápida y segura, que se puede realizar en cualquier laboratorio clínico.
  • Pruebas de imagen: consisten en obtener imágenes de la glándula tiroides mediante diferentes técnicas, como el ultrasonido, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Estas pruebas permiten observar el tamaño, la forma, la posición y la estructura de la tiroides, así como detectar posibles nódulos, quistes o tumores. Las pruebas de imagen son pruebas no invasivas, pero pueden requerir el uso de contraste o radiación.
  • Pruebas de medicina nuclear: consisten en administrar por vía oral o intravenosa una pequeña cantidad de un material radiactivo (yodo o tecnecio) que se concentra en la tiroides, y luego medir su captación mediante una cámara especial (gammagrafía). Estas pruebas permiten evaluar la actividad funcional de la tiroides, es decir, su capacidad para producir hormonas. Las pruebas de medicina nuclear son pruebas seguras, pero pueden tener algunas contraindicaciones o efectos secundarios.

Preparación para el examen de tiroides

La preparación para el examen de tiroides depende del tipo de prueba que se vaya a realizar y de las indicaciones del médico. En general, se recomienda seguir estas pautas:

  • Para el análisis de sangre, se suele pedir estar en ayunas al menos 8 horas antes de la extracción. También se debe evitar tomar medicamentos que puedan alterar los niveles hormonales, como los antitiroideos, los corticoides o los anticonceptivos. Se debe informar al médico si se está tomando algún suplemento con yodo o si se ha recibido recientemente algún contraste con yodo.
  • Para las pruebas de imagen, no es necesario estar en ayunas, pero se debe informar al médico si se tiene alguna alergia al contraste o si se está embarazada o lactando. También se debe evitar llevar objetos metálicos, como joyas o piercings, que puedan interferir con las imágenes.
  • Para las pruebas de medicina nuclear, se debe estar en ayunas al menos 4 horas antes de la administración del material radiactivo. También se debe suspender el consumo de alimentos o medicamentos que contengan yodo al menos una semana antes de la prueba. Se debe informar al médico si se está embarazada o lactando, ya que estas pruebas están contraindicadas en estos casos.

Para el examen de tiroides hay que estar en ayunas

La preparación para el examen de tiroides depende del tipo de prueba que se realice. En general, se recomienda lo siguiente:

  • Análisis de sangre: esta prueba no requiere ninguna preparación especial, salvo que el médico indique lo contrario. No es necesario estar en ayunas, ni suspender ningún medicamento, salvo que el médico lo indique. Solo se debe evitar el consumo de alcohol o drogas antes de la prueba.
  • Pruebas de imagen: estas pruebas tampoco requieren ninguna preparación especial, salvo que el médico indique lo contrario. No es necesario estar en ayunas, ni suspender ningún medicamento, salvo que el médico lo indique. Solo se debe evitar el uso de joyas, relojes o cualquier objeto metálico que pueda interferir con las imágenes.
  • Pruebas de medicina nuclear: estas pruebas sí requieren una preparación especial, que el médico explicará con detalle. Es necesario estar en ayunas al menos 4 horas antes de la prueba, y no comer ni beber nada hasta que se realice la imagen. También se debe suspender el uso de medicamentos que contengan yodo o que afecten la función tiroidea, al menos una semana antes de la prueba. Además, se debe evitar el contacto con mujeres embarazadas o niños pequeños durante las primeras 24 horas después de la prueba, ya que se puede emitir radiación.

Indicaciones para el examen de tiroides

El examen de tiroides se puede realizar por diferentes motivos, según los síntomas o los factores de riesgo que presente el paciente. Estas son algunas de las indicaciones más frecuentes:

  • Para diagnosticar una enfermedad tiroidea: el examen de tiroides se puede solicitar cuando el paciente presenta signos o síntomas que sugieren una alteración de la función tiroidea, como cansancio, nerviosismo, cambios de peso, intolerancia al frío o al calor, palpitaciones, temblor, sudoración, caída del cabello, alteraciones menstruales, infertilidad, etc. También se puede solicitar cuando el paciente tiene antecedentes familiares de enfermedad tiroidea o cuando se detecta un bocio (tiroides agrandada) o un nódulo (masa anormal) en el cuello.
  • Para controlar una enfermedad tiroidea: el examen de tiroides se puede realizar periódicamente para monitorizar la evolución y el tratamiento de una enfermedad tiroidea previamente diagnosticada, como el hipotiroidismo (baja producción de hormonas), el hipertiroidismo (exceso de producción de hormonas), la tiroiditis (inflamación de la tiroides), el cáncer de tiroides, etc. El examen de tiroides ayuda a ajustar la dosis de los medicamentos y a prevenir posibles complicaciones.
  • Para evaluar la función tiroidea en el embarazo: el examen de tiroides se puede realizar durante el embarazo para verificar que la función tiroidea sea normal tanto en la madre como en el feto. El embarazo puede provocar cambios en los niveles hormonales que pueden afectar al desarrollo fetal y al bienestar materno. El examen de tiroides se recomienda especialmente en las mujeres que tienen antecedentes o factores de riesgo de enfermedad tiroidea.

Resultados del examen de tiroides

Los resultados del examen de tiroides se pueden interpretar en función de los valores normales establecidos para cada prueba y para cada grupo poblacional. Estos son algunos ejemplos de los rangos normales más habituales:

Análisis de sangre

  • TSH: entre 0.4 y 4.0 mUI/L
  • T3: entre 80 y 200 ng/dL
  • T4: entre 4.5 y 12.5 ug/dL
  • Anticuerpos anti-TPO: inferiores a 35 UI/mL
  • Anticuerpos anti-TG: inferiores a 115 UI/mL

Pruebas de imagen

  • Ultrasonido: la tiroides normal tiene un tamaño entre 4 y 18 ml, una forma simétrica y homogénea, y no presenta nódulos ni quistes.
  • TC o RM: la tiroides normal tiene una densidad y una señal uniformes, y no presenta lesiones ni infiltraciones.

Pruebas de medicina nuclear

  • Gammagrafía: la tiroides normal tiene una captación del material radiactivo entre el 10% y el 30%, y una distribución homogénea.

Enfermedades Según resultados Anormales

Los resultados anormales del examen de tiroides pueden indicar la presencia de una enfermedad tiroidea que requiera tratamiento. Estas son algunas de las alteraciones más comunes:

Análisis de sangre

  • TSH elevada y T3 y T4 bajas: hipotiroidismo primario
  • TSH baja y T3 y T4 altas: hipertiroidismo primario
  • TSH baja y T3 y T4 normales o bajas: hipotiroidismo secundario
  • TSH alta y T3 y T4 normales o altas: hipertiroidismo secundario
  • Anticuerpos anti-TPO o anti-TG elevados: enfermedad autoinmune (Hashimoto o Graves)

Pruebas de imagen

  • Ultrasonido: bocio difuso o multinodular, nódulos benignos o malignos, quistes, hemorragias, inflamaciones, etc.
  • TC o RM: invasión extratiroidea, metástasis, compresión vascular o nerviosa, etc.

Pruebas de medicina nuclear

  • Gammagrafía: bocio difuso o multinodular, nódulos fríos (hipofuncionantes) o calientes (hiperfuncionantes), adenoma tóxico, carcinoma folicular, etc.

Para que es el examen de hormona estimulante del tiroides

La hormona estimulante del tiroides (TSH) es una hormona que produce la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro, y que regula la producción de las hormonas tiroideas (T3 y T4). La TSH actúa como un termostato: cuando los niveles de T3 y T4 son bajos, la TSH aumenta para estimular la tiroides; cuando los niveles de T3 y T4 son altos, la TSH disminuye para inhibir la tiroides.

El examen de hormona estimulante del tiroides es una prueba de sangre que mide los niveles de TSH en el organismo. Esta prueba sirve para evaluar el funcionamiento de la glándula tiroides y detectar posibles alteraciones como:

  • Hipotiroidismo: es una condición en la que la tiroides produce menos hormonas de lo normal, lo que provoca síntomas como cansancio, aumento de peso, intolerancia al frío, depresión, estreñimiento, piel seca, cabello frágil, etc. En el hipotiroidismo, los niveles de TSH suelen estar elevados, ya que la pituitaria intenta estimular la tiroides.
  • Hipertiroidismo: es una condición en la que la tiroides produce más hormonas de lo normal, lo que provoca síntomas como nerviosismo, pérdida de peso, intolerancia al calor, taquicardia, temblor, diarrea, piel húmeda, cabello fino, etc. En el hipertiroidismo, los niveles de TSH suelen estar bajos, ya que la pituitaria intenta inhibir la tiroides.
  • Tiroiditis: es una inflamación de la tiroides causada por una infección, un trauma o una enfermedad autoinmune. En la tiroiditis, los niveles de TSH pueden variar según la fase de la enfermedad.

Qué vale el examen de tiroides

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